viernes, 26 de marzo de 2010

Las vacaciones de la Semana Santa en el CAM "Francisco Pizarro"

Las emociones y actitudes de los chicos/as, en estos últimos días, no han sido muy positivas. En general se perciben más nerviosos e irritables.

Desde mi punto de vista, esto es debido a que se aproxima un periodo de vacaciones escolares. Como cualquier alumno/a le afectan los resultados obtenidos durante el trimeste, esto unido a la posible marcha a casa de muchos de ellos/as, hace que se sientan impacientes por marchar a sus casas y otros sientan la soledad y tristeza de no poder hacerlo.

Los niños que se marchan están nerviosos porque se acerca el día de estar en familia. Aunque son conscientes de lo que puede esperarles a algunos de ellos, la necesidad de estar con "los suyos" es más fuerte que todo lo que pueda esperarles una vez estén en casa.

Pero para los que no pueden irse a sus casas,queda la tristeza de ver como sus compañeros marchan con sus familias y ellos/as no pueden hacerlo.

La apatía y la desolación que sienten se refleja en sus actitudes y hace que sea más difícil la convivencia.

Son trece los chicos/as que por diferentes razones no se van a sus casas. Por esto Alba y yo, hemos decidido montar una gran fiesta para esta tarde, previa aprobación de nuestra propuesta por nuestros tutores de prácticas.

Vamos a intentar que disfruten de una tarde que pasaremos realizando juegos, tomando la merienda al aire libre, si el tiempo nos lo permite, intentando entiendan que aunque no puedan irse con sus familias como la mayoría de sus compañeros, pueden disfrutar, si se lo proponen de momentos alegres y felices durante sus vacaciones escolares.

los educadores/as también tienen programadas actividades para los chicos/as durante estos días (ir al cine, salidas a Trujillo, unos días en un campamento,etc.) y estoy segura que ese vacio que parecen sentir, va a desaparecer en cuanto sientan el afecto e interés que todos/as los trabajadores del centro sienten por ellos/as.

jueves, 18 de marzo de 2010

Principios rectores que inspiran la actuación de los Educadores del Centro

los principios rectores que inspiran el trabajo de los educadores en el centro son los siguientes:

1.- Promover la normalización e integración. Para ello el centro está abierto a la comunidad, de modo que los menores atendidos en el mismo participen de los recursos normalizados de su entorno y el propio centro se constituye como un recurso comunitario.
2.- Intervenir de forma individual con cada menor, de acuerdo con las necesidades personales, familiares, escolares y sociales del mismo.

3.- Estimular el desarrollo integral del menor, para lograr niveles suficientes de autonomía personal, formativa, social y laboral, cuando se produzca su desinstitucionalización o el menor llegue a la mayoría de edad civil.

4.- Favorecer los vínculos familiares y filiales con el fin de potenciar su autoestima y afectividad.
5.- Promover alternativas a la institucionalización, preferentemente de tipo familiar, ya sea con su propia familia a con familia ajena.

6.- Intervenir en coordinación con otros Servicios Sociales Especializados y los SS de Base, sobr las causas que originan los problemas de los menores acogidos, para tratar de erradicar la situación que provocó la medida de protección.

7.- Fomentar la solidaridad y la sensibilidad hacia los problemas de la infancia, con la realización de actividades promovidas por el propio centro y la participación en otras externas, buscando la implicación de otras instituciones, entidades y colectivos de la comunidad.

viernes, 12 de marzo de 2010

Tratar de entender

Después de dos semanas haciendo prácticas en el Centro de Acogida de Menores “Francisco Pizarro” he de decir que estoy conociendo una experiencia de vida que es muy parecida a la que se puede vivir en una familia, pero con unas características muy especiales que la diferencian.

Los niños/as vienen, de contextos diversos, con una problemática individualizada.
Son niños/as que no quieren estar con sus familias, niños/as que sus familias no quieren tener en casa, otros por falta de adaptación a la familia, a la escuela, al medio social…, inmigrantes procedentes, la mayoría de ellos/as de Marruecos….
Cada uno de ellos/as se han desarrollado en contextos diferentes, esto hace que necesiten un tipo de intervención adaptada a sus características personales.

Entender el porqué de su forma de actuar y poder llevar a cabo una buena intervención requiere de un conocimiento profundo del niño/a a tratar y una formación teórico- práctica de las diferentes problemáticas que pueden afectarles.

Las normas establecidas en el centro, los principios por los se rige, el marco legal como referente para los profesionales que trabajan en el centro, el entorno y en definitiva el Proyecto Educativo de Centro, sirven de guía para realizar un trabajo adaptado a las necesidades y características de los niños/as. Sin olvidarnos de la necesidad de coordinación de los profesionales del centro en los criterios a seguir a la hora de aplicar las normas establecidas.

miércoles, 3 de marzo de 2010

Mi primera impresión

Ayer 1 de marzo 2010 comencé a realizar las prácticas de 3º de Educación Social en el Centro de Menores Francisco Pizarro, que se encuentra ubicado a unos 4 km. de la ciudad de Trujillo (Cáceres).

Quedé completamente sorprendida. Las instalaciones que posee el centro, no tiene nada que ver con la idea preconcebida y errónea que yo tenía sobre ellas.

Es un lugar muy espacioso en el que existen multitud de espacios abiertos, para jugar, pasear, hacer deporte, etc.
Además cuenta con instalaciones cubiertas para realizar talleres de manualidades, teatro, bailes, deportes, etc.

La puerta de entrada al centro permanece abierta todo el día sin necesidad de vigilante.
Los niños/as de edades comprendidas entre 6 y dieciocho años, y de diversos lugares y conviven en 10 viviendas en las que están distribuidos por sexo y edad.

Es un centro abierto en el que no existen rejas ni en puertas ni ventanas.

Me encanto comprobar que la vida en un centro de menores es mucho más agradable de lo que imaginaba. Realmente sentí alegría al comprobar que también tienen una infancia y adolescencia feliz los niños/as que por circunstancias ajenas a su voluntad tienen que vivir separados de sus familias, a pesar de los problemas que individualmente pueda tener cada uno de ellos/as