los principios rectores que inspiran el trabajo de los educadores en el centro son los siguientes:
1.- Promover la normalización e integración. Para ello el centro está abierto a la comunidad, de modo que los menores atendidos en el mismo participen de los recursos normalizados de su entorno y el propio centro se constituye como un recurso comunitario.
2.- Intervenir de forma individual con cada menor, de acuerdo con las necesidades personales, familiares, escolares y sociales del mismo.
3.- Estimular el desarrollo integral del menor, para lograr niveles suficientes de autonomía personal, formativa, social y laboral, cuando se produzca su desinstitucionalización o el menor llegue a la mayoría de edad civil.
4.- Favorecer los vínculos familiares y filiales con el fin de potenciar su autoestima y afectividad.
5.- Promover alternativas a la institucionalización, preferentemente de tipo familiar, ya sea con su propia familia a con familia ajena.
6.- Intervenir en coordinación con otros Servicios Sociales Especializados y los SS de Base, sobr las causas que originan los problemas de los menores acogidos, para tratar de erradicar la situación que provocó la medida de protección.
7.- Fomentar la solidaridad y la sensibilidad hacia los problemas de la infancia, con la realización de actividades promovidas por el propio centro y la participación en otras externas, buscando la implicación de otras instituciones, entidades y colectivos de la comunidad.
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